Historia

Orígenes de ICMP

La ICMP fue creada por iniciativa del presidente estadounidense Bill Clinton en el año 1996 en la Cumbre del G-7 en Lyon, Francia. Los Acuerdos de Paz de Dayton, que pusieron fin a los combates en la ex -Yugoslavia, se encontraban en su primer año de implementación y el mandato inicial de la ICMP era ayudar a dar cuenta de las aproximadamente 40.000 personas reportadas desaparecidas como resultado de los combates entre 1991 y 1995.

En Croacia y Serbia, las agencias nacionales responsables de la búsqueda de los desaparecidos fueron establecidas a inicios del conflicto, centrándose en la búsqueda de personas desaparecidas de un lado o del otro, y este enfoque selectivo persistió en los primeros años de la posguerra. En Bosnia y Herzegovina, que había sufrido el mayor daño físico y donde los casos de personas desaparecidas eran los más numerosos, las instituciones incipientes de posguerra carecían, en general, de la capacidad o del deseo de abordar el  asunto de las personas desaparecidas de una manera eficiente e inclusiva. Más tarde, durante sus actividades en Kosovo desde 1999, y en Montenegro y la ex República Yugoslava de Macedonia desde 2001, la ICMP encontró desafíos similares, aunque en una escala diferente. En todos los casos, la ICMP buscó la cooperación de todas las instituciones relevantes y de las partes interesadas en el establecimiento de un proceso sobre las personas desaparecidas basado en la ley. Esto permitió desarrollar un enfoque coherente, inclusivo y eficaz. Al alentar a las partes a cooperar, afirmando el derecho de las familias de los desaparecidos y de otros a una investigación efectiva, y apoyando a los procesos y agencias que pueden abordar este tema de manera eficaz, la ICMP jugó un papel importante en el amplio esfuerzo para reconstruir una sociedad devastada por la guerra.

La ICMP ha consistentemente buscado aplicar estándares pluralistas y democráticos a todo el proceso de localización e identificación de personas desaparecidas. Por ejemplo, en Bosnia y Herzegovina, se ha trabajado para asegurar que el esfuerzo por resolver los casos de las personas desaparecidas tenga un apoyo político y administrativo efectivo y que los trabajos se lleven a cabo de manera imparcial. El marco de políticas desarrolladas en Bosnia y Herzegovina ha incorporado con éxito estándares técnicos y administrativos internacionales e, imparciales.

El proceso holístico institucional, legislativo y técnico establecido en Bosnia y Herzegovina fue apuntalado por el establecimiento del Instituto de Personas Desaparecidas de Bosnia y Herzegovina (MPI) en el año 2005 y la creación de una Ley de Personas Desaparecidas en el año 2004. Es importante enfatizar que estas iniciativas fueron aprobadas bajo el auspicio de los órganos legislativos y las autoridades judiciales de Bosnia y Herzegovina.

La contribución de la ICMP en la ex Yugoslavia ha llevado un sin precedentes dando cuenta a más de 27.000 (70%) de las 40.000 personas declaradas desaparecidas como resultado del conflicto (la gran mayoría de los casos se encuentran en Bosnia y Herzegovina, donde más de 30.000 personas han desaparecido).

Expansión Internacional

Desde su creación en noviembre de 2001, el sistema de identificación de ADN de personas desaparecidas de ICMP ha sido el punto de referencia para la innovación técnica y el desempeño en el campo forense. El sistema complementa las técnicas arqueológicas y antropológicas forenses con un proceso de comparación de ADN de vanguardia que ha dado como resultado un aumento exponencial en el número y la velocidad de las identificaciones. La ICMP también ha desarrollado la única base de datos especializada de personas desaparecidas (iDMS) para administrar todos los datos pertenecientes a su proceso internacional de personas desaparecidas. Si bien la ICMP está enfocada en desarrollar y aplicar estrategias políticas y normativas basadas en la ley para abordar el tema de los desaparecidos en diferentes sociedades y situaciones de todo el mundo, aporta un elemento único de asistencia técnica a su conjunto de actividades.

Como consecuencia del éxito de la ICMP en la ex Yugoslavia y con el apoyo financiero de un número de gobiernos donantes creciente, en 2003 el mandato y la esfera de actividad de la ICMP fueron extendidos por los gobiernos que dan apoyo, para abordar el tema mundial de las personas desaparecidas, incluyendo los casos derivados de catástrofes naturales.

Desde entonces, la creación de capacidades y la asistencia técnica de la ICMP han tenido un impacto importante – a menudo fundamental – en la localización, la recuperación y la identificación de personas desaparecidas en diferentes partes del mundo. Entre muchos otros casos, la ICMP ha participado activamente en programas que incluyen lo siguientes:

  • El Tsunami Asiático en diciembre 2004;
  • Huracán Katrina en los Estados Unidos en 2005;
  • Esfuerzos después de la caída del régimen de Saddam Hussein en Irak en 2003 para comenzar a localizar e identificar personas desaparecidas durante décadas, y también casos más recientes;
  • Esfuerzos, en medio de las nuevas perspectivas de a poner fin a los conflictos militares internos en Colombia en 2008, para comenzar a localizar e identificar a las personas que han desaparecido desde los inicios de los años 60;
  • Esfuerzos, después de la restauración de la democracia en Chile para comenzar a localizar e identificar a los ciudadanos chilenos que desaparecieron durante casi dos décadas de un régimen autoritario; y
  • Esfuerzos para comenzar a localizar e identificar personas desaparecidas en Libia después del violento colapso del régimen de Gadafi de 42 años de duración en 2011.

El 15 de diciembre de 2014, los ministros de relaciones exteriores de Los Países Bajos, el Reino Unido, Suecia, Bélgica y Luxemburgo firmaron un tratado que concedía a la ICMP un nuevo estatus legal. El acuerdo constituyó a la ICMP como una organización internacional basada en tratados con su propio sistema de gobernanza y capacidades internacionales.

Proporcionaba una nueva estructura organizativa, incluida una Junta de Comisionados, una Conferencia de los Estados Miembros y un ejecutivo dirigido por un Director General. El acuerdo marco estipulaba que la ICMP establecería su sede en La Haya, un traslado que fue completado en 2017.

La Evolución del Tema de Personas Desaparecidas

Desde la creación de la ICMP en 1996, la cuestión de las personas desaparecidas ha llegado a ser comprendida como un desafío global – y uno que exige una respuesta internacional, estructurada y sostenible. ICMP ha estado a la vanguardia de los esfuerzos para desarrollar está respuesta.

La visión de la comunidad internacional para localizar e identificar a las personas desaparecidas, particularmente a raíz de los conflictos y las catástrofes, se ha desarrollado como una progresión natural de los esfuerzos más amplios para construir estados pacíficos mediante las estrategias de justicia transicional y las iniciativas de estado de derecho que intentan corregir el legado de los conflictos violentos y los abusos masivos de los derechos humanos. Tales estrategias también han tenido resonancia en casos de personas desaparecidas como resultado de desastres y otras causas, donde los enfoques forenses basados en la ley se están convirtiendo en la norma.

Además, los desarrollos en el ámbito de la genética, el uso de métodos forenses modernos y la creación de bases de datos dedicadas han permitido localizar e identificar personas desaparecidas con un nivel de eficiencia y certeza que antes no era posible.

El Legado

Estos progresos, en los que la ICMP ha desempeñado un papel protagónico, han tenido un impacto significativo en los países que salen de conflictos o de desastres de gran escala. Cada vez es más habitual que las partes interesadas nacionales asuman la responsabilidad del proceso de personas desaparecidas. Además, se están investigando adecuadamente más casos y se está reteniendo a más perpetradores para que rindan cuentas; la sociedad civil está activamente comprometida, y se están utilizando métodos forenses modernos, que incluyen análisis de ADN.

Esto por su parte ha tenido una influencia significativa en la justicia penal, en el fortalecimiento del estado de derecho y en los esfuerzos para asegurar que los familiares de los desaparecidos puedan afirmar su derecho a conocer el destino de los seres queridos y contar con los medios para buscar justicia y reparaciones.